
Nacido en una familia de músicos (los Puccini fueron durante generaciones maestros de cámara del Duomo (Catedral) de Lucca), después de haber perdido a su padre a la edad de cinco años, fue enviado a estudiar con su tío Fortunato Magi, que le consideró un alumno no particularmente dotado y sobre todo indisciplinado.
Más tarde consiguió el puesto de organista y maestro de coro en Lucca. La leyenda dice que la decisión de dedicarse al teatro musical le vino después de asistir en 1876 a una representación de Aida de Verdi en Pisa, a donde había llegado a lomo de una mula.
Corresponden a este periodo las primeras composiciones escritas, entre las que destacan una cantata (I figli d'Italia bella, 1877), un motete (Mottetto per San Paolino], 1877) y una Misa (1880).
En 1880, con la ayuda de un pariente y una beca, consiguió inscribirse en el Conservatorio de Milán para estudiar composición con Antonio Bazzini y Amilcare Ponchielli. En ese mismo año, a la edad de 21 años, compuso la Misa, que marca la culminación de la larga relación de su familia con la música religiosa. Aunque Puccini la llamó correctamente la Messa, una Misa, se la conoce popularmente como la Misa de Gloria.
Esta obra anticipa la carrera de Puccini como compositor de ópera, al mostrar atisbos de la capacidad dramática que más tarde liberaría en la escena, ya que las poderosas arias para tenor y bajos solistas son más operísticas de lo habitual en música religiosa. Además, la orquestación y la potencia dramática la comparan con la Misa de Réquiem de Verdi.
Mientras estudiaba en el Conservatorio, Puccini obtuvo un libreto de Ferdinando Fontana y participó en un concurso para realizar una ópera de un acto en 1882. Aunque no ganó el concurso, Le Villi se representó en 1884 en el Teatro dal Verme de Milán y llamó la atención de Giulio Ricordi, editor de música, que le comisionó una segunda ópera para estrenar en el Teatro de la Scala de Milán, pero Edgar (1889), que le costó cinco años de trabajo, no tuvo mucho éxito y en los decenios posteriores sufrió sucesivas modificaciones radicales sin llegar a entrar en el "repertorio".
Entre tanto, en 1884, Puccini había formado una familia, iniciando una convivencia que duró, con vicisitudes, toda la vida con Elvira Bonturi, mujer del farmacéutico de Lucca Narciso Gemignani. Elvira llevó consigo a su hija Fosca, y en 1886, nació Antonio, llamado Tonio, el único hijo del compositor.